Edición 2021/2022
Profesor: Inmaculada Urquiza Gómez
4º ESO - Aula: 4 C
Microrrelato:
Adela, hija de Bernarda, tú que tanto has resistido, tú que tanto has ansiado tu libertad, tú que siempre has querido cambiar la realidad. Quizás, ahora ya sea tarde; nada ni nadie podrá juzgarte allá donde estés. Por fin, eres dueña de tu propio destino y la abrumadora presión social no volverá a hacer mella en ti.
Perdóname por no estar ahí cuando tanto necesitabas un apoyo, cuando te acechaba la soledad, cuando estabas encerrada en la habitación de esa prisión a la que te obligaron a llamar casa. No pude llegar a tiempo, y ahora, ya no puedo ayudarte.
Adela, tú eras el gorrión que huía entre los relucientes rayos del alba buscando la liberación, el desahogo y la vida. Tus alas, tan fugaces como todos los sueños de libertad, quedaron agrietadas por el oscuro bastón que regía tus sentimientos.
Te prohibieron amar a quien más querías, intentaron convertir tu futuro en una eterna condena y te obligaron a sobrevivir dentro de cuatro muros de blanca piedra.
Tus hermanas, inocentes cómplices de la ruin sociedad, insistieron en ocultar tus verdaderos sentimientos detrás de una lúgubre máscara de luto. A pesar de todo, buscaste desesperadamente una salida que nunca llegaste a encontrar.
Lo sé, sigues creyendo que nada de lo que hiciste en vida servirá para nada, que todo quedará como un lejano recuerdo de lo que un día intentaste conseguir. Pero te equivocas.
Con tus aspiraciones, tu resistencia e incluso tus realistas palabras que parecían hacer temblar los cimientos de la castiza sociedad, diste un pequeño paso, que, con el tiempo, acabaría convirtiéndose en una amplia zancada de esperanza y libertad.
Ahora, acomódate; el mundo en el que naciste, aunque no lo parezca, es muy diferente al que dejas atrás.
¡Vuela alto, Adela!
Obra de referencia:
La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca