Profesor: Natalia Sánchez-corral Paredes
2º ESO - Aula: 2.º A
Microrrelato:
Recogiendo flores de su jardín se enamoró de aquel agricultor, era atractivo, con una
mirada penetrante. ¿Se habrá fijado el hermoso muchacho en ella? No lo sé.
A ella, su padre la iba a casar con un buen hombre, de familia adinerada y poseedor de
muchas tierras, ella no estaba segura de su compromiso, pero no le quedaba otra opción.
Pasaban los días y la hermosa mujer salía por las mañanas al balcón para observar de lejos
a su amor imposible.
Desesperada por la situación, acudió a una sabia vieja al que todo el pueblo conocía como
la bruja. ¿Qué hacía? ¿Cómo lo hacía? No lo sé, pero siempre se hacía realidad cualquier
cosa que le pedías. La chica, no perdió tiempo y fue a verla, confesándole su profundo amor
por el muchacho. La bruja sonrió y le dio una especie de piedra. La miró y le dijo: Jovencita,
ten mucho cuidado, esta piedra puede ser peligrosa, solo debes ponerla en tu almohada y lo
demás déjamelo a mí. La jóven agradeció a la anciana y fue directamente a su dormitorio
para poner la piedra debajo de la almohada.
Al día siguiente, se despertó con la terrible noticia de que su prometido había fallecido. ¿La
causa? No lo sé, solo estoy seguro de que tuvo algo que ver con la anciana. La hermosa
mujer levantó la almohada, la piedra no estaba y fue corriendo al jardín de su casa. Ahí vio
al apuesto hombre, su verdadero amor, los dos se miraron durante unos segundos y
terminaron fundiéndose en un beso.
No obstante, su nerviosismo por lo sucedido a su prometido le hizo ir a ver a la bruja de
nuevo, pero cuando llegó, no estaba.
¿Por qué había desaparecido? ¿Qué le ocurrió a su prometido? ¿Tendría ella parte de
culpa?
Obra de referencia:
Carlos Ruiz Zafón. El príncipe de la niebla.
